He aquí mis cortes.

Solventado el asunto de nuestro excelso gobierno, hemos situado nuestra libertina bandera nacional, como estandarte y pabellón de nuestra república, que nos representará allá en el extranjero desconocido, ondeando con orgullo.

Y por último, un país sin himno es como un burgués sin dinero, así que dotemosle a nuestra nación de ese tan preciado capital.
Gloria al himno nacional.
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